sábado, 18 de junio de 2011

“La Investigación Educativa: Un acercamiento al Paradigma Cuantitativo”

Por: Vanezza E. Reyes Veracierto
Argumentar respecto a la evolución de los paradigmas educativos a través del tiempo, lleva a reflexionar sobre la evolución misma de la humanidad y el conocimiento. Observamos entonces, como en la actualidad confluyen diferentes teorías o paradigmas que, si bien es cierto, son tan antiguos como la sociedad del discernimiento, estos han evolucionado, en sí mismos, hasta adaptarse a los nuevos tiempos; así, han surgido  nuevos modelos, los cuales responden a nuevas necesidades, escenarios y  herramientas tecnológicas al servicio de la sociedad. Por tanto, plantearse un modo único de pensar es cosa del pasado, hoy por hoy se encuentran tantas corrientes del pensamiento, métodos de investigación, como variadas son las necesidades cognitivas del ser humano, y la manera como pueden abordarse.
Para no correr el riesgo de una sobrestimación respecto a la temática, puede decirse, lo que en palabras de Inche, López, Flores y Otros (2003) señalan que, “en las búsquedas del conocimiento de la «realidad» social hay quienes, enmarcados en una «tradición» positivista, defienden el uso de métodos cuantitativos que buscan llegar a explicaciones generales, a enunciar leyes (nomotéticos) y quienes, parapetados en el fenomenologismo, abogan por la preponderancia de los métodos cualitativos que tienen como propósito eje el comprender el desarrollo de procesos”(p.15). Esto se debe al hecho de que al momento de asumir una investigación priva el principio de la claridad teórica, en cuanto a las normas y reglas que fundamentan cada paradigma y que en su mayoría es manejado por la sociedad científica.
Por su parte, Rodríguez, Ochoa y otros (2008), al citar a Kuhn (1962), establecen una acotación mediante la cual proporciona un referente sobre el manejo del concepto de paradigma: “…un paradigma expresa un conjunto de logros compartidos por una comunidad científica en función de definir problemas y buscar soluciones legítimas: consta de conceptos valores y técnicas que guían la actividad científica del investigador” (p.75). Desde este punto de vista tenemos entonces que un paradigma es  excluyente, porque objeta todo lo que está fuera de su método. En tal sentido, actualmente es necesario que el investigador esté atento a los cambios de paradigma, con el fin de que su investigación esté acorde a dichos cambios.
Según Gento (2004) para realizar investigación es importante tomar en cuenta las demandas de la sociedad en la cual nos desenvolvemos, la contextualización del tiempo, lugar y espacio, en los cuales se desarrollan los hechos a ser objeto de estudio; así como el conocimiento que predomina en la misma, tanto la demanda de la sociedad como el conocimiento, “determinan la aparición de nuevas disciplinas” (p.5).
Hablar sobre un paradigma determinado significa, en primer lugar contextualizarlo dentro de un tiempo y lugar específico; por lo tanto, ir entonces de uno a otro, significa una variación de ese contexto, significa que hubo una evolución o cambio en la forma de apreciar el conocimiento, de ver la realidad y por supuesto de hacer las cosas.
Desde comienzos del Siglo XX, La educación tuvo que luchar arduamente para ser reconocida, como un verdadero campo de investigación, visto que siempre fue delegada al último peldaño de la escala jerárquica dentro del campo investigativo. Sin embargo, en este nuevo siglo, la investigación educativa ha dado un verdadero vuelco dentro del campo científico, posicionándose  en una situación favorable, todo ello debido a que su objeto de estudio se considera hoy día, como un elemento prioritario en un mundo globalizado, en el cual la ciencia y la tecnología son primordiales y las mismas se alcanzan con la educación, por tal motivo,  la educación se ha transformado en un tema prioritario para los gobiernos, y sus correspondientes políticas gubernamentales debido a que están realmente concientes del indudable impacto que tiene sobre otros temas esenciales para el desarrollo y la supervivencia de los Estados.
Dicho de otra manera, la educación genera conocimiento y el conocimiento es un proceso histórico-social de la actividad humana y es considerado en dos formas: Conocimiento Empírico.- el cual se conforma por el reflejo de los objetos, así como la interpretación de éstos realizada por el hombre, el cual se obtiene de la aplicación de instrumentos y métodos utilizados como son: la observación, descripción, etc. y; Conocimiento Teórico.- el cual representa la profundización del pensamiento, donde se utilizan métodos como la modelación, elaboración de hipótesis y teorías.
Así las cosas, y en opinión de Álvarez y Rojas (2006) de estos dos tipos de conocimiento se origina la Teoría del Conocimiento, cuya esencia radica en alcanzar leyes y formas de conocimiento, como respuesta a una serie de interrogantes: ¿Cuál es el fundamento del Conocimiento y qué lo impulsa? ¿Cuáles son los pasos del proceso cognitivo y cuáles son los métodos y formas de éste? ¿Qué es la verdad, cuál es y cómo se relaciona con el hombre?, en pocas palabras, la teoría del conocimiento pone al descubierto los problemas generales, las vías y los medios de investigación científica, de los cuáles los científicos sociales de estos días tienen a su disposición (p.7).
Otro aspecto bien importante, a ser considerado por la comunidad científica es la demanda de la sociedad, dentro de la cual se desarrolla la investigación; en este sentido cabe mencionar que los tres enfoques pueden ser utilizados con la misma confiabilidad, pero es importante definir en cual ubicar nuestro estudio ya que la realidad a investigar determinará los paradigmas  o  éstos influirán en la manera de ver el acto educativo.
Enfoque Positivista o Cuantitativo:
Siguiendo a Álvarez y Rojas (2006), el origen del Paradigma Positivista o Cuantitativo, se remonta al siglo XVII con Francis Bacón, quien pretendió liberar al hombre del mito y la tradición a través de una nueva organización del conocimiento, así como una nueva epistemología, con la cual llevaría al hombre hacia la “luz”, guiada por la razón; no obstante, no es sino Rene Descartes, quien da las bases de la investigación en su libro “El Discurso del Método”, (Descartes, 1977. pp. IX-XX), con lo cual nos ubicamos en el Siglo XVIII, mejor conocido como el “Siglo de las Luces”; en este siglo, Newton, descubre las leyes de la gravitación, abriendo un importante y prometedor panorama de investigación, lo que dio lugar a que sus contemporáneos arguyeran: ¡Han sido descubiertas las leyes de la naturaleza, por lo tanto se debería descubrir las leyes del hombre!.
Así, pasamos a Augusto Comte, quien fuera considerado como padre del Positivismo, este autor originó un pensamiento filosófico, creando un movimiento intelectual, con la finalidad de derribar la cosmovisión tradicional de corte teológico y así sustituirla con la racionalidad de todos los procesos relacionados con la vida del hombre; sin embargo, es Emile Durheim, quien lo difunde y lo describe con lujo de detalles en su libro titulado “Las Reglas del Método Sociológico” (Durheim, 1998, pp. 8-25).
No es, sino a comienzos del  siglo XX que surge un gran cambio paradigmático e intelectual gracias al “Circulo de Viena”  que con pensadores como Neurath, Kraft, Waishann y el más sobresaliente, Carnap, originaron el Positivismo Lógico, mejor conocido como Neopositivismo, y de esta manera replantear las ideas de Comte, enfatizando que los avances en áreas como: Matemáticas, Lógica y Filosofía, llevan a utilizar la reflexión filosófica-lógica y utilizándose por primera vez, el término empirismo lógico y; ya para el año 1920 esta corriente elabora la Teoría del Lenguaje Científico,  con la cual se pretende la búsqueda de hechos manifestados tangiblemente, dejando a un lado los sentimientos y apreciaciones subjetivas, es decir, comienzan a utilizarse estrategias de tipo cuantitativo para la recolección de información y la búsqueda del conocimiento a través del tratamiento matemático-estadístico de las realidades a ser abordadas como objetos de estudio.
Aportes del Paradigma Cuantitativo a la Investigación Educativa:
Desde sus orígenes el enfoque cuantitativo, siempre ha estado en la búsqueda de la verdad a través de la reflexión filosófica-lógica y, durante años ha funcionado y ha aportado grandes avances científicos y tecnológicos. Ahora bien, en cuanto a la investigación educativa la limitó y  colocó en un segundo plano de la escala jerárquica de la investigación. Este tipo de investigación ve a los sujetos en estudio como meros objetos que reciben un tratamiento matemático estadístico, dejando a un lado los aspectos subjetivos como el comportamiento y sobre todo el carácter creativo de la relación humana.
REFLEXIONES FINALES
Para finalizar, tal y como se desarrolló, todo paradigma es un patrón a seguir, un modelo que previamente se establece en la mente para determinar la forma como se aprecia y se hacen las cosas, como se observa la realidad o bien, como abordamos una investigación. Por ello, es importante señalar que existen diferencias notables en los paradigmas cuantitativos-cualitativos, y su aplicación en el tiempo, varía de acuerdo al abordaje moderno o postmoderno que le demos al estudio de la educación, lo cual será clave en la apreciación y aplicación del mismo.
En tal sentido, en la investigación educativa será válida la aplicación de cualesquiera de los métodos que la sociedad del conocimiento coloca a disposición del investigador; en tal sentido, el paradigma cuantitativo permite resolver problemas, mientras que el paradigma cualitativo tiene su propio ámbito, éste se encuentra en una etapa de transición que culminará en la reconstrucción de métodos y aplicaciones como un proceso acumulativo de ambos paradigmas.
La propuesta metodológica para orientar el diseño, desarrollo y evaluación de la investigación educativa desde el enfoque cuantitativo, se puede llevar a cabo, bien en forma independiente o en combinación con la metodología cualitativa, cuando se requiera y justifique dicha combinación. En la etapa de operacionalización se delinean las hipótesis, mientras que en la etapa de diseño las hipótesis se confrontan con la viabilidad en términos de los recursos y el tiempo a utilizar.
En fin, es muy importante considerar  las teorías y métodos a ser empleados en la elaboración de todo trabajo de investigación, ya que de ello depende que el trabajo quede fundamentado con bases sólidas y confiables para la solución de problemas, los ejemplos más claros los tenemos en los estantes de las bibliotecas, que están saturados de tesis de licenciatura,  maestría y aún  de doctorado, que se encuentran durmiendo, sin que sirvan para coadyuvar en la resolución de los diversos problemas de la educación, por no estar bien sustentadas teóricamente, tal idiosincrasia lleva al olvido de las cuestiones teóricas y por lo tanto se condiciona a la práctica, al  fracaso en la educación, afectando nuestra producción científica y por la sociedad del conocimiento de nuestro país.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ÁLVAREZ, Alma y ROJAS, Benjamin. (2006): La Tutoria Como Investigación Educativa.                          Un Acercamiento a Los Paradigmas Teóricos”.
DESCARTES, R. (1977): El Discurso del Método”. Ed Porrúa, serie sepancuantos. México.
DURHEIM, E. (1988): Las Reglas del Método Sociológico”. Ed. Alianza editorial,      México.
FILSTEAD William J. (1986): Métodos CualitativosEn: Cook T. D y Reichardt CH. S.         Métodos cualitativos y cuantitativos en investigación evaluativa. Ediciones Morata. España.
GOETZ,  J.P. (1988): “Etnografía Y Diseño Cuantitativo En Investigación Educativa”.
INCHE, Jorge; y otros (2003): “Paradigma Cuantitativo: Un Enfoque Empírico y Analítico”. Industrial Data [en línea]. 2003, Vol. 6, no. 1, p. 23-37. ISSN 1560-9146.
PÉREZ de M, Ysmery. “El Ensayo”. Partes: 1, 2. Acerca de definiciones, clasificación, extensión y             estilo....www.monografias.comLengua y Literatura
RODRÍGUEZ, Y., Ochoa de R., N. y otro. (2008): “La Experiencia de Investigar. Recomendaciones Para             Realizar una Investigación y No Morir En El Intento”. Biblioteca de ciencias de la Educación.            3era. Edic.  Universidad de Carabobo. Valencia. Venezuela.

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